Chevrolet Corvette: El mejor deportivo americano
Ford Mustang, Ford Mustang… ¡Ya vale de Ford Mustang! Que sí, que mola mucho, pero el “VER-DA-DE-RO” deportivo norteamericano, el más representativo, el que más ha aportado estética y técnicamente, no es el Ford Mustang… ¡para nada! ¿Y cuál es entonces? Está claro… ¡el Chevrolet Corvette! No te lo crees… te lo voy a demostrar.
Gracias a nuestros amigos de la revista “CEROaCIEN” hicimos un monográfico del Corvette… que terminaba en el C3, que era la portada de la revista… pero es que, del Corvette, desde que nació en 1953 hasta ahora… ¡ha habido 8 generaciones! Hablaremos de todas.
1953. Nace un mito, el C1.
Chevrolet quería “rejuvenecer” la imagen de esta marca de GM… y Harley Earl, diseñador jefe de la marca llevaba mucho tiempo queriendo diseñar y producir un deportivo. Convenció a
Edward N. Cole, ingeniero jefe de Chevrolet y pensaron en utilizar una carrocería deportiva, atractiva y ligera, montarla en chasis pequeño y poner un motor “gordo”.
Y en 1953 en el mismísimo Waldorf Astoria de Nueva York se presentó el Chevrolet Corvette. El diseño de Robert McLean, atrevido y con mucha personalidad, fue todo un éxito. Y aunque al principio este C1 dio algunos problemas de fiabilidad, no paró de evolucionar y a llegó a llevar motores V8 de hasta 5,4 litros y hasta 365 CV.
1962. C2, ¡otra cosa!
Mientras en el Ford Mustang la segunda generación era casi un paso atrás, en este caso Chevrolet fue muy atrevida. El concepto de coche deportivo, divertido de conducir y ligero para los cánones norteamericanos, se mantenía… ¡pero no tenía nada que ver! Para comenzar, ya hay versión Coupé que nunca tuvo el C1 recurre a los faros escamoteables y la parte posterior era muy original. Además, contaba con suspensión trasera independiente y llegó a llevar motores de hasta 7 litros y 425 CV.
1967: C3, el “Coca-Cola”.
Este C3 fue conocido en España y otros países hispano hablantes como el “Coca Cola” por sus formas vistas desde arriba. En los países angloparlantes se le denomino “The Shark”. El “tiburón” y estuvo en producción nada menos que 14 años. Su secreto… ¡una estética impresionante! El diseño de Larry Shinoda era y es todo un espectáculo. Quizás haya otros Corvette más impresionantes, pero más bonitos, no.
1983. C4, más sofisticado y práctico.
Este modelo lo pude probar, nada menos que el ZR-1 con motor V8 de 5 litros, con culatas retocadas por Lotus y 411 CV. En foto no tanto, pero “cara a cara” era impresionante, no solo gracias al diseño de Jerry Palmer, sino también gracias a tu tamaño…
1996. C5, copiando a los japoneses.
La primera vez que me dijeron que este diseño era una copia o al menos estaba inspirado en los japoneses Nissan 300ZX y Mazda RX-7 fui un poco escéptico… luego me he dado cuenta de que es evidente. Casi os diría que más en el Mazda, pues parece un RX-7 que ha tomado anabolizantes.
No es una crítica para su diseñador, John Cafaro, que a mi entender hizo un buen trabajo, porque en estos tiempos los coches japoneses eran en los USA y en todo el mundo un verdadero referente, sobre todo en cuanto a calidad de acabados… y este C5 en este sentido mejoraba netamente al C4.
2004. C6, más de lo mismo.
GM nunca ocultó que en realidad el C6 era una evolución y mejora del C5, algo más pequeño, ligero y con motores más potentes y eficientes. Pero si piensas que este C6 aporto poco a la saga, te equivocas, pues creo que con este modelo llega un punto de inflexión. ¿A qué me refiero? A que el Corvette, aunque se recorta en tamaño, “crece” como concepto, ascendiendo de la categoría de “deportivo” y acercándose a la de super-deportivo, con motores de hasta 638 CV en su versión tope de gama, como motor de solo 6 litros, compresor y no turbo y esos 638 CV.
2013. C7, muy actualizado.
En este caso más que decir que el C7 es una evolución del C6 me gusta más decir que es una actualización, desde el punto de vista estético, con una línea similar, pero más moderna y aerodinámica, pero también en el plano técnico, con la llegada de la inyección directa. El motor de 6 litros recibe no solo la inyección directa, sino también el sistema de apertura de válvulas variable, lo que permite subir la potencia hasta los 461 CV reduciendo el consumo.
Este Corvette ya pretende ser más superdeportivo que deportivo, no solo por su mecánica, sino por el empleo del carbono y el aluminio en su chasis y por sus asientos de cuero cosidos a mano… sofisticado, lujoso, eficiente y muy deportivo.
2020. C8, un salto espectacular.
No solo es el motor central, no solo es el nuevo chasis, no solo es la estética… es que el motor tope de gama rebasa una cifra mítica… la de los ¡1.000 CV! Exactamente 1079 CV. Sinceramente, a mí con las versiones de 664 o 679 CV creo que me llega.