Estoicismo en la vida actual
Hoy ha venido a charlar con nosotros José Manuel Betancur, no para hablar de Apple, Mac o Colombia, sino para filosofar. Junto a él vamos a intentar extraer algunas lecciones sobre el estoicismo (el real, no el que nos venden en los libros de autoayuda) para nuestra vida. Sin duda una charla atípica (pero que, como todas, cabe en Faq-Mac) que espero os guste tanto como a mi.
José Alejandro Betancur es profesor y Director de Nodo en la Universidad EAFIT (Medellín), donde lidera procesos de formación y transformación digital con un enfoque profundamente humano. Ingeniero de sistemas y magíster en administración, ha trabajado como Chief Design Officer en empresas tecnológicas, y hoy combina su experiencia empresarial con una vocación educativa centrada en el pensamiento crítico y la conciencia en la era digital.
Desde espacios como su canal Cambio Activo con Betancur, y a través de conferencias y podcasts, promueve una forma de vida más reflexiva, inspirada en los principios del estoicismo. Para Betancur, esta antigua filosofía ofrece respuestas muy actuales: aprender a distinguir lo que podemos controlar de lo que no, actuar con intención en lugar de vivir en automático, y mantener la serenidad frente a la incertidumbre tecnológica.
En un contexto marcado por el ruido digital, la ansiedad y la sobrecarga de información, Betancur propone recuperar el foco en lo esencial. El estoicismo, dice, no es una moda ni una teoría más: es una brújula práctica para cultivar la autonomía emocional, la claridad mental y una ética del propósito. En sus palabras, “el futuro no se trata solo de tecnología, sino de cómo elegimos vivir con ella”.
Sobre el estoicismo en la sociedad actual
En un mundo cada vez más acelerado, hiperconectado y dominado por la incertidumbre, el estoicismo ha resurgido como una filosofía práctica para vivir con claridad y equilibrio. Lejos de ser una doctrina antigua relegada a los libros de historia, hoy sus principios encuentran eco en líderes, terapeutas, educadores y ciudadanos que buscan tomar decisiones más conscientes y recuperar el control sobre su vida interior.
El corazón del estoicismo está en una idea sencilla pero poderosa: distinguir entre lo que depende de nosotros y lo que no. Nuestros pensamientos, nuestras decisiones, nuestra actitud ante lo que ocurre, son lo único que realmente controlamos. El resto —el comportamiento de los demás, las crisis, los algoritmos o el azar— escapan a nuestro poder. Saber aceptar esa diferencia es clave para reducir el sufrimiento innecesario y actuar con serenidad incluso en medio del caos.
Aplicado a la sociedad actual, el estoicismo es más que autocontrol: es un camino hacia la libertad interior. Nos invita a practicar la gratitud, la moderación y el sentido del deber. A vivir con propósito, a pesar del ruido. A resistir el impulso del consumo constante, de la validación externa, del miedo a no estar “a la altura”. Y a encontrar, incluso en la adversidad, oportunidades para crecer con dignidad.
En tiempos donde lo emocional parece desbordarse y la tecnología lo invade todo, el estoicismo nos recuerda que el verdadero poder está dentro de nosotros: en cómo pensamos, cómo sentimos y cómo actuamos. No se trata de reprimir, sino de comprender. No de resignarse, sino de actuar con sentido.