Una meditación diaria, centrada en Jesucristo, tal y como aparece en el evangelio y las oraciones de la misa del día. Meditaciones extras de retiros mensuales y...
Meditación en el jueves de la VI semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta a Jesús preguntando: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Hay muchas respuestas que podemos pensar, pero la verdadera respuesta es la que damos en nuestra vida, con nuestras obras: en la familia, con los amigos y en el trabajo.
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21:08
1807. Un milagro laborioso
Meditación en el miércoles de la VI semana del Tiempo Ordinario. El Señor cura un ciego como por partes, en un milagro muy laborioso. Así, laboriosa y paciente, es la tarea de suscitar vocaciones para la Iglesia: requiere mucha constancia en la tarea apostólica, mucho amor a la propia vocación, y el deseo de hacer muy felices a los demás.
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25:56
1806. Grandeza versus mediocridad
Meditación en el martes de la VI semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta la incapacidad de los discípulos para darse cuenta de la grandeza de Jesús mientras están con Él. Siempre el Señor se encontró con esa dicotomía entre las personas que le rodeaban: grandeza versus mediocridad.
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19:14
1805. Abre los ojos (EDITADA)
Meditación en el lunes de la VI semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta a los fariseos que piden un signo más a Jesús para creer en Él. «Jesús dio un profundo suspiro», y dijo: «¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación». Y se marchó. Ojalá que no obliguemos a Jesús, por nuestra arrogancia y soberbia de pretender poner a Dios a prueba, a decir eso de nosotros. Que nuestra respuesta a Dios sea siempre esta: confianza.
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23:21
1804. Bienaventuranzas y consuelo de Dios
Meditación en el Domingo (C) de la VI semana del Tiempo Ordinario, grabada durante una Vela con el Santísimo para familias del Colegio Alegra. Al hilo del Evangelio de hoy, meditamos en la confianza en Dios y el premio que Dios promete a los pobres, los que lloran, los hambrientos, los excluidos, perseguidos e insultados por su nombre: el consuelo de Dios. Un consuelo que el mundo no puede dar, y que apunta a la orilla del más allá, pero actúa también en la orilla del más acá: aquí y ahora.
Una meditación diaria, centrada en Jesucristo, tal y como aparece en el evangelio y las oraciones de la misa del día. Meditaciones extras de retiros mensuales y cursos de retiro espirituales. Audiolibros de espiritualidad.