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Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano

Misioneros Digitales Católicos
Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano
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5 de 2202
  • Mateo 7, 21-24. 27:
    Entrar en el cielo 1) Cumplen: Durante mis primeros años de cura creía que todo se regía por cumplimiento, hasta tenía una hoja en donde marcaba si rezaba el rosario o la misa o la oración tal o cual. Era reducir mi vida espiritual a un mero cumplimiento, en donde mitad cumplo y mitad miento, porque capaz que lograba ser un cumplidor de normas, pero me hacía una persona dura y medidora de la gente, de si era como yo o no. Incluso hasta en mi forma de vestir y relacionarme con los demás. Era totalmente distinto, porque me mostraba rígido, pero además me escondía detrás de una sotana bien planchada y de celebrar una misa ritualísticamente perfecta, pero siempre en mi mundo, en mi globo de vida, y todo giraba ahí, en eso. Con el tiempo comprendí que la vida iba más allá de un círculo cerrado que yo mismo me había generado. 2) Roca: La fe también se alimenta de los momentos duros y difíciles, porque es en esos momentos donde la fe tiembla y en donde todo parece perdido. Recuerdo la muerte de mi papá, cuando tuve la dicha de darle la bendición final para que muriera en paz. Internamente me sentía destrozado, pero le pedí a Dios fuerzas para poder seguir, estar entero para mi mamá. La tormenta de dolor no aplacó mi fe, sino que mi fe me ayudó a seguir adelante, para salir de ese dolor, porque la fe no quita situaciones, sino que ayuda a superarlas. 3) Arena: La vida tiene sus golpes, pero no podés quedarte en lo superfluo, en creer que todo es así nomás o que Dios está para vos como “Pedidos-ya”, y que lo que necesitas te lo manda como un delivery. No podés estar todo el tiempo tomándolo a Dios como Aladino, que frotas la lámpara y te aparece Dios como un genio, para ver qué querés y cumplirte el deseo. Por tanto, sácate esa idea de que Dios viene a cumplir tus deseos, sino más bien sos vos quien tenés que tratar de entender cuál es el proyecto de Dios para tu vida y para qué te prepara o preparó Dios, porque tarde o temprano llegará ese momento. Algo bueno está por venir.
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    3:00
  • Mateo 15, 29-37
    Se sentó 1) Multitud: Acordate que la aprobación de la gente no siempre es la misma que determina la aprobación de Dios. Porque puede que le estés agradando a toda la gente, a esa multitud de personas que te rodean, pero no a Dios, por el simple hecho de que te empiezas a hacer un hipócrita. Hay veces que creemos que si le agradamos a la gente entonces le agradamos a Dios y, con el tiempo, me di cuenta que es un error. Me dí cuenta que estaba bastante equivocado, hasta me enfermé por creer ello y buscar agradar a la gente. Mira la biblia y verás que la prostituta desagradaba a la gente, el publicano desagradaba a la gente, todos con los que Jesús comía le desagradaban a la gente. Hasta pensamos que si me agrada a mí le agrada a Dios, y cuán equivocados estamos. Aprendí que nadie tiene altura moral para juzgar. Cuando inicié siendo un cura jovencito juzgaba a la gente creyéndome el dueño de la verdad. Bastaron dos años de mi vida para cometer grandes errores y darme cuenta que la vida no es fácil, y que también yo me embarré, me equivoqué y caí y, lo más curioso de todo esto, es que me ayudaron a levantarme los mismos que yo juzgué. Por tanto, no busques quedar bien con la multitud y evita juzgar, porque solo hay que hacer las cosas por y para Dios. 2) Glorificaban: En este tiempo de Adviento, en este mes de diciembre, creo que es bueno poder mirar todo lo que hicimos este año y ser agradecidos, porque algo seguro hicimos bien. Aprende a hacer las cosas para dar gloria a Dios. Por eso piensa hoy tres cosas que hiciste este año que son un bien para vos y para los demás. Trata de pensarlo porque tenés que ofrecerlo y agradecerle a Dios por haber sido un signo de Dios para el otro. 3) Saciar: Querido amigo o amiga, no dejes de alimentar tu vida espiritual. No dejes que el activismo o la rutina te atosiguen y te hagan olvidar el para qué y el por qué está en esta vida. Usted señora, usted señor, tiene mucho que dar y sabe que tiene una misión en este mundo, no deje de hacer cosas por usted y por los demás, pero en ese orden. porque nadie puede dar lo que no tiene. Algo bueno está por venir.
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    3:17
  • Lucas 10, 21-24
    La grandeza de lo pequeño 1) Gozo: Ser sencillo es lo que te hace grande. Y lo que das, vuelve; pero recuerda que lo que callas, tarde o temprano pesa. Y lo que trabajas, tarde o temprano también se nota. Recuerda que lo que crees crea, porque lo que eres siempre habla más fuerte que lo que dices hacer. 2) Padre: Siempre la prudencia te ayuda a crecer y a saberte un grande, porque en esta vida se busca constantemente lo sobrenatural, crecer en el día a día. Por eso, pedile a Dios que te de la fuerza para seguir adelante con todo lo que te toca enfrentar y no tengas miedo de mirar al cielo, porque eso te recuerda lo pequeño que somos, pero cuánto necesitamos siempre de Él. 3) Ver: Séneca decía que no sufrimos por las cosas, sino por lo que pensamos de ellas. Recordá que vos tenés el poder de darle el significado a las cosas que vives. Y, cuando cambia el significado, cambian las heridas. Esto me recuerda a una feligresa que me dijo: “Mi papá me abandonó…”, y, cada vez que lo decía, se le llenaban los ojos de lágrimas; hasta le costaba decirlo. Después de mucho trabajo y de mucha charla espiritual logró hacer un cambio. Empezó a decir: “Ese señor se perdió de conocer a esta hija que soy hoy”. La situación no cambió, sino que cambió la interpretación que ella le dio a la situación. Ahí uno entiende que la gente herida hiere, que la rabia de otros no define tu valor, y que el pasado no tiene que seguir doliendo. Por eso en tu vida espiritual, fortaleciéndote, podrás lograr ver que las situaciones no te rompen, sino que te liberan. Algo bueno está por venir.
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    2:16
  • Mateo 8, 5-11
    El centurión 1) Rogándole: Es importante que tengas ese espacio de encuentro con Dios. Búscalo y déjate tomar por su amor. En esta vida todos tenemos una enfermedad y una herida, pero debemos aprender a dejarnos ayudar. Aprende a dejarte moldear por Dios. Una vez me enfermé y, claro, al vivir solo y no tener a nadie, no dije nada. El tema es que no quería ser molestia para nadie, y lo que era un simple resfrío casi pasó a neumonía. Lo que me salvó es que alguien se dio cuenta de que no estaba bien. No es que pedí ayuda, sino que alguien se dio cuenta. Aprendí que, si decimos en el momento que nos ayuden, puede que evitemos grandes dolores de cabeza. Por eso déjate ayudar y aprende a pedir ayuda. 2) Fe: La fe es lo que nos ayuda a seguir adelante y nos anima a luchar. Es la fe lo que nos permite levantarnos cuando estamos caídos y es la misma fe la que nos ayuda a poder madurar las heridas del pasado. Todo podrás razonarlo y hasta psicologizarlo, pero la fe es esencial para seguir adelante y construir tu vivir, incluso cuando las caídas y las crisis te hayan tirado. 3) Reino: En este día de Adviento volver a recordar para dónde vamos es esencial. Porque, nos recuerda el Adviento, que hacia el cielo vamos y que nuestros actos nos deben ayudar a llegar, porque cada obra que hagamos quedará impregnada en las personas que nos rodean. Algo bueno está por venir.
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    1:58
  • Mateo 24, 37-44
    Primer domingo de Adviento 1)Tiempos de Noé: En la figura de Noé vemos a un hombre que pasó casi toda su vida construyendo un arca por lo que todo el mundo se reía, pero luego todos le pedían que los acoja en su barca para no ahogarse. Por eso, la gente que te rodea puede reírse o burlarse de todo lo que hagas, pero, si estás convencido de lo que haces, puede que esos sean los primeros que te busquen. Alguna vez escuché “Nunca te rías de los que hacen cosas, porque luego puede que llegues a pedirles que te acojan”.2) Diluvio: En los diluvios de la vida vamos comprendiendo quiénes quedan y quiénes no. Porque los amigos van apareciendo en la vida, pero en nuestros momentos difíciles, van desapareciendo. No dejes de abrir tu vida para que entren a tu barca, pero también hay momentos que se deben cerrar las puertas de tu vida, para que no te hundan los diluvios de tu alrededor. Por eso, en este tiempo de Adviento, es necesario sostener la calma en esta etapa en donde todos se aceleran porque inicia el fin de año. Cuida tu corazón y mantén tu tiempo de oración. 3) Velar: Es importante saber velar y saber estar atento a las decisiones de tu vida, porque las cosas de la vida implican sacar tiempo y saber ver los momentos. Hay momentos en que mejor es estar callado y otros momentos en los que se necesita hablar. Dios es generoso con tu vida, por tanto, en este inicio de Adviento, sé generoso para hablar con Dios y recordar que es el tiempo para meditar el nacimiento del niño Jesús y del “Sí” de María, cuando toda la humanidad en oscuras vuelve a ver la luz para irradiar. Algo bueno está por venir.
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    2:30

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Acerca de Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano

La Meditación Diaria es preparada día a día por el Pbro. Luis A. Zazano, quien nos anima con sus meditaciones y amenos audios a adentrarnos más en el Evangelio, conocer más de la vida de nuestro señor Jesús y encontrar la paz interior. Para más info visite: https://misionerosdigitales.com
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