DIA 335 - En Su Aflicción Me Buscarán
Hoy estaremos leyendo Oseas 4-6, 1 Juan 5 y Proverbios 23:31-35. En Oseas 4 al 6, Dios confronta con fuerza la condición espiritual de Israel, pero también revela Su deseo profundo de restauración. En el capítulo 4, el Señor presenta un caso contra el pueblo: “No hay fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en la tierra.” Sacerdotes y pueblo se habían apartado, adorando ídolos y viviendo en corrupción. La consecuencia es trágica: el conocimiento de Dios se había perdido.En el capítulo 5, Dios continúa denunciando la idolatría y la soberbia que impiden al pueblo regresar. “Con sus obras no se vuelven a su Dios”, dice, mostrando que Israel buscaba ayuda en otras naciones, pero no en Él. Aun así, Dios promete retirarse solo para que, en su angustia, lo busquen de nuevo: “En su aflicción me buscarán.” En el capítulo 6, Israel declara: “Vengan y volvamos al Señor”, porque Él nos ha desgarrado, pero Él nos sanará. Sin embargo, Dios responde que el amor del pueblo es como nube de la mañana: con emoción, pero no es profundo. Lo que Él busca es “misericordia y no sacrificio”, y un corazón que Lo conozca de verdad. Reflexiona: ¿Tu relación con Dios es profunda o superficial? ¿Estás volviendo al Señor con sinceridad, o solo cuando hay necesidad?En 1 Juan 5, el apóstol nos muestra la victoria que tenemos en Cristo. El que cree que Jesús es el Hijo de Dios ha nacido de Dios y vence al mundo. Juan dice que el amor a Dios se demuestra guardando Sus mandamientos, que “no son gravosos”, porque el Espíritu nos capacita para obedecer.Luego presenta el testimonio triple: el Espíritu, el agua y la sangre confirman quién es Jesús. Y Juan declara una de las promesas más gloriosas del evangelio: “El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” También nos recuerda que tenemos confianza al orar: si pedimos conforme a Su voluntad, Él nos oye. Finalmente, exhorta a mantenerse lejos de los ídolos—cualquier cosa que pretenda reemplazar a Dios en el corazón. Reflexiona: ¿Estás viviendo como alguien que ya tiene victoria en Cristo? ¿Tus decisiones están guardando tu corazón de ídolos modernos que compiten por tu devoción?En Proverbios 23:31–35, el proverbista da una advertencia contundente sobre los peligros del alcohol: “No mires al vino cuando rojea… porque al final muerde como serpiente y pica como víbora.” El pasaje describe cómo el exceso distorsiona la percepción, afecta la moral y destruye la claridad: se dicen cosas imprudentes, se toman decisiones dañinas y se pierde el control. Finalmente, la persona atrapada por la adicción lo resume: “Me golpearon… pero no lo sentí. ¿Cuándo despertaré? Volveré a buscarlo otra vez.” Este es el ciclo destructivo que Dios quiere romper con Su sabiduría y Su Espíritu.