DIA 341 - Santo, Santo, Santo es el Señor
Hoy estaremos leyendo Amós 4-6, Apocalipsis 4 y Proverbios 25:21-28. En Amós 4 al 6, Dios continúa confrontando a Israel por su indiferencia espiritual y su injusticia social. En Amós 4, el Señor recuerda cómo envió hambre, sequía, plagas y pérdidas con un propósito: llamar a Su pueblo al arrepentimiento. Pero una frase se repite como un lamento: “Con todo eso, no se volvieron a mí.” Israel disfrutaba de prosperidad, pero su corazón estaba endurecido. Dios les dice: “Prepárate para encontrarte con tu Dios”, no como amenaza, sino como un llamado urgente a despertar.En Amós 5, Dios les dice: “Búsquenme y vivirán.” No busca rituales vacíos ni canciones que no salen del corazón. Busca justicia que fluya “como un río” y rectitud como un arroyo inagotable. Israel trataba de mezclar adoración con opresión, pero Dios no acepta adoración que no transforme el corazón.En el capítulo 6, Amós denuncia la complacencia de los líderes que vivían cómodamente mientras ignoraban la ruina espiritual del pueblo. Vivían recostados en camas de marfil, cantaban canciones y bebían vino, pero no se afligían por el pecado. Reflexiona: ¿Hay áreas donde Dios te ha llamado la atención pero no has respondido? ¿Estás cómodo espiritualmente mientras tu corazón se enfría?En Apocalipsis 4, Juan es llevado al cielo y ve un trono rodeado de gloria. Relámpagos, truenos, un mar como cristal y seres vivientes que no cesan de decir: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso.” Los veinticuatro ancianos se postran y colocan sus coronas delante del trono diciendo: “Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder.” Esta escena nos recuerda que, más allá de todo lo que ocurre en la tierra, el centro del universo no es un problema ni un reino humano, sino un trono ocupado. Dios reina, y todo lo creado existe por Su voluntad. Reflexiona: ¿Tu adoración refleja la grandeza del Dios que está sentado en el trono? ¿Tu vida está centrada en Su gloria o en tus preocupaciones?En Proverbios 25:21–28, aprendemos a responder al mal con bien: “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer… así amontonarás brasas sobre su cabeza.” No se trata de vengarse, sino de vencer el mal con bondad. También nos advierte del peligro de la murmuración: el viento del norte trae lluvia, y la lengua chismosa trae contienda.El pasaje continúa diciendo que es mejor vivir en un rincón del techo que con alguien conflictivo. La paz vale más que la comodidad. Luego enseña que buenas noticias traen frescura al alma, pero confiar en alguien inestable es como un diente dañado o un pie que falla. Finalmente concluye: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre que no tiene dominio propio.” La falta de autocontrol deja vulnerable todo lo que intentamos edificar.Te animo a que cultives dominio propio, sin permitir que se endurezca tu corazón.