Bolivia: se normaliza el suministro de combustibles tras el cambio de Gobierno
En Bolivia, las largas filas para conseguir combustible empiezan a acortarse, señal de que el suministro se está normalizando tras la llegada del nuevo gobierno de Rodrigo Paz, que importó hidrocarburos. Sin embargo, persisten dudas sobre si estas medidas podrán sostenerse en el mediano plazo. Las largas colas de vehículos para cargar combustible comenzaron a reducirse esta semana en Bolivia, tras la llegada al poder del nuevo presidente, Rodrigo Paz. Su Gobierno logró gestionar compras inmediatas de combustible en el exterior, recurriendo a proveedores de Estados Unidos y a organismos multilaterales. Desde 2023, la falta de dólares le dificultó a la anterior administración del izquierdista Luis Arce importar gasolina y diésel que el Estado vende en el mercado interno a precios subsidiados. El nuevo gobierno de Paz, que se instaló el pasado 8 de noviembre, golpeó las puertas de Estados Unidos, país con el que Bolivia no tenía relaciones desde 2008, y de organismos internacionales para cumplir su promesa de terminar de inmediato con las largas esperas. Los camiones cisterna cargados de combustibles importados empezaron a llegar el domingo, un día después de la juramentación de Paz, desde Perú, Chile, Paraguay y Argentina. La nueva administración no ha informado las modalidades de contratación, la identidad de los proveedores ni los montos económicos de estas compras. Tiene la meta de ingresar a Bolivia, en las próximas semanas, unos 400 camiones por día. ¿Por cuánto tiempo? Sin embargo, persisten dudas sobre si las medidas para salir de la crisis de combustibles serán sostenible a largo plazo. “Lo único que sabemos es que algo de combustible ha entrado a Bolivia y se han reducido las filas en las diferentes estaciones de servicio. O sea, no hay en ese momento, después del cambio de Gobierno, no se pueden ver el desabastecimiento que había. Y esto es porque han hecho algunas gestión de prolongar con un par de traders la entrada de combustible a Bolivia”, considera el especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos Roca. “Por el resto, no hay ninguna medida, ningún viso de ninguna medida que esté clara a la vista. Y me imagino que en los próximos dos a cuatro meses tendrán que hacer estas medidas que son mi percepción: un ajuste fiscal, tienen que quitar los subsidios como segunda medida y tercero, tiene que prestarse mucha plata y cambiar y vender muchas empresas públicas. Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía, analiza las medidas de fondo para resolver la crisis energética en Bolivia: “Respecto a la privatización, yo creo que más bien lo que hay que hacer es establecer como un criterio, la posibilidad de acompañarse, invitar a la inversión privada que expanda las fronteras de producción más allá de lo que hoy día existen en algunos sectores en Bolivia, entre otras cosas, las explotaciones minerales, pero también la refinería, etcétera”. En cuanto a los subsidios, Rebolledo estima “que primero hay que establecer con claridad por qué se requiere, cuál es la necesidad y comunicar en ese sentido a la opinión pública en esos términos, que esto es una progresión para que se pueda retomar el crecimiento del sector”. La crisis energética ocasionó en Bolivia la caída del consumo y una notable subida en el costo de la canasta básica familiar; algunos alimentos registraron aumentos de hasta el 30%.